lunes, 2 de marzo de 2009

Betancourt: La otra cara de la moneda


Parecía que a la Sra Ingrid Betancourt se la había tragado la tierra. Desde hace unas cuantas semanas, desde que le inventaron un novio que no era mas que un primo que se bañaba con ella en las playas de Florida, no se sabe nada de ella. Claro que está en Paris que es la ciudad donde viven sus hijos , quienes tienen la nacionalidad francesa. Y así, dentro de su bajo perfil, calladita y sin darles la cara a los periodistas, se encontraba hasta que estalló la bomba. Un libro escrito por otros secuestrados de la guerrilla apareció en los estantes de las librerías. En el sus compañeros de cautiverio se decidieron a airear lo que vivieron al lado de la ex política y candidata presidencial.
Tres contratistas del Ejército de EE UU capturados por la guerrilla colombiana de las FARC en 2003 y liberados en julio pasado junto con Ingrid, Marc Gonsalves, Keith Stansell y Tom Howes, han querido desarmar el mito del heroísmo de Ingrid Betancourt, a quien acusan de dominante, egoísta e incluso traicionera en un libro de memorias en el que relatan sus 1.967 días de secuestro en la selva. El libro Libres del cautiverio salió a la venta el fin de semana en los Estados Unidos.
Estos tres americanos que habían sido contratados por la empresa Northrop Grumman sobrevolaban territorio rebelde en Colombia en febrero de 2003 para tomar imágenes aéreas de plantaciones y laboratorios de producción de cocaína cuando su avioneta fue abatida. Los guerrilleros asesinaron a tiros al piloto y a un sargento colombiano y tomaron al resto como prisioneros. Desde aquel entonces pasaron cinco años en cautiverio en varios campos de prisioneros de la selva, viviendo en unas jaulas dignas de animales, caminando a marchas forzadas, alimentándose de lo que encontraran, traficando con cigarrillos y luchando por unos alimentos escasos.
Al final les tocó convivir con Ingrid Betancourt quien había sido secuestrada dos años antes que ellos. Todos fueron puestos en libertad el mismo día pero mientras estos regresaban al reencuentro con sus familias , la Sra. Betancourt se convirtió en un figurón, premiada en todas partes , recibida por Jefes de Estado y hasta merecedora- creen algunos – del Premio Nobel de la Paz . Pues miren ustedes que el perfil de Betancourt como heroína de la libertad política entra en conflicto directo con las miserias relatadas en inglés por estos contratistas.
De ella dicen que los acusó de ser agentes de la CIA mientras eran prisioneros de las FARC .Puso con ello en peligro la vida a estos tres empleados del Ejército que hoy en día le están pasando factura en público. Dicen que le robaba la comida a los demás secuestrados, que no compartía su radiecito de pilas y sus libros con sus compañeros de infortunio y llegan hasta a relatar que era una mujer dominante que vivía en cautividad como "si estuviera de campaña electoral", planificando cómo sería la vida en Colombia cuando ella llegara a la presidencia.
Lo cierto es que los norteamericanos se decidieron a mostrar su cara de la moneda y a echar por tierra el prestigio que la Sra Betancourt tanto ha cuidado desde su vuelta a la vida pública. Y uno francamente no sabe que creer porque en situaciones como las que toco vivir a todos las distorsiones de conducta son enormes. Es conocido que en ocasiones los secuestrados se enamoran de sus secuestradores. Se llama esto el síndrome de Estocolmo. En este caso lo que se ha ventilado nos deja pensar que en el cautiverio se cultivan los amores y los odios al igual que en la vida real, pero que todo allí esta teñido de dramatismo
Aun quedan unos cuantos libros por salir y unas cuantas películas por aparecer en torno a los secuestrados de las FARC. Una sola cosa tienen todas en común y es lo cruel y despiadado que puede ser la retención por la fuerza, la pérdida de la libertad y lo inhumano de separar de los suyos a un capturado para defender una causa que es indefendible: de la violencia guerrilla. Al menos en eso si están todos de acuerdo.
Libreto de Escena Global. Noticiero mautino.Televen. Venezuela. 3-3-2009

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