domingo, 1 de marzo de 2009

SIN PLAN


Darle la espalda a la crisis económica y pretender que Venezuela no necesita un plan de estimulo y de protección para amortiguar el golpe que nuestra economía sufrirá como consecuencia de la desaleceración mundial, no solo es un atroz error económico. Es una irresponsabilidad superlativa.
Pretender que con pequeñas correcciones aquí y allá vamos a poder capear el temporal denotaría una ceguera sin calificativo. Pero no es así. La postura de que “ aquí no está pasando nada” era solo parte del decorado que era necesario poner frente a los venezolanos para afrontar el proceso de votaciones que pasó. Pero ahora toca en serio evaluar de cual manera el país va a acusar el golpe del marasmo económico mundial y, sobre todo, es necesario trazar un plan para que la merma en ingresos del país desde inicios de este año no ponga a todos nuestros ciudadanos y empresas de rodillas.
No tengo duda ninguna que el gobierno se ha sentado en serio a analizar como sobrevivir con la mitad ( con suerte ) del ingreso petrolero. Pero cuando al Guru numero en materia económica se le escucha asegurar que “Venezuela tiene un relativo confort en materia económica para no caer en pánico” uno termina por creer que al Presidente no se le está contando la verdad entera, no de lo que nos puede, sino de lo que nos va, en efecto, a ocurrir.
Los gestos desesperados que hemos presenciado del lado oficial en las últimas semanas de trasladar 12.000 millones de dólares de las reservas y la irresponsable venta a futuro de petróleo a China, por solo citar dos elementos visibles y recientes, nos hacen pensar que si están conscientes de lo grueso de lo que tenemos enfrente en materia de escasez de recursos. Lo que parece dramático es que el fenómeno esté siendo abordado como si todo lo que estamos experimentando es un faltante de caja que se va a resolver cuando el petróleo vuelva a subir de precio, lo que para los oficialistas ocurrirá indefectiblemente. Es solo cuestión de tiempo, pues, y de buscar como resistir para regresar a las épocas pretéritas de gasto desenfrenado.
Es así como la solución al problema parece ser que hay que encontrar vías momentáneas para parapetear la caja del Estado, pero no se ve la necesidad de rescatar la economía ya maltrecha antes que el colapso nos arrastre a todos. Desde Cuba para arriba, todos los países del Continente se han trazado estrategias de manejo de la contingencia económica por la caída del consumo y del precio de las materias primas y se han establecido planes muy concretos y detallados para dinamizar a los factores productivos de cada economía. De la revisión de cada uno de ellos es posible constatar el nivel de involucramiento de cada gobierno en poner en marcha programas para evitar los colapsos en la industria y en la agricultura, para estimular nuevas actividades económicas, para facilitarles el crédito a los consumidores, para atajar el desempleo y para contener la inflación que se está desatando en cada lugar.
Nos toca hacer otro tanto por que la crisis está instalada y para quedarse largo rato. No se puede dejar el plan para más tarde.

Columna SOBREDOSIS Publicado en El Nacional 25-2-2009

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